sábado, diciembre 22, 2007

EN CALIFORNIA CON FREDY GU


Hay quienes juzgan que lo que uno escribe en los blogs es -o debiera ser- lo más importante de toda nuestra industria. Aquellos seres, casi siempre poetas y narradores, se indignan cuando una pluma se arroga el derecho de retratar sus nobles personas, esculpidas en los mármoles antiguos de la gloria literaria. Nada más diré de C.A.P, el hacedor de poemas bien dateados que me acaba de enviar un saludo navideño (que no quise leer), donde seguramente ponía las cosas en su sitio diciendo que "para mí lo que haces no es literatura y si te hace feliz hablar de mí lo puedes hacer, aunque bla bla bla bla bla". Vacas. Así de simple. Vacas. Por ahora, no contesto (ni leo) ningún correo que no sea de mi gusto, ni siquiera el de Pelafustanio y su sistema de miserias . Pasemos a la otra habitación, la que interesa en este post.

SÁBADO 22 DIC. A LOS ÁNGELES ¨CON FRANKIE GU

Hoy es el día más largo del año. Acabo de llegar de L. A de Chile, a 60 kilómetros de Parición en bus (que acá en la foto se nos muestra en foto de C.R http://www.nacimientodigital.cl/), bajo el amparo de un sol de puta madre, donde fui con Fredy Gu, un campesino rubio y pecoso que alguna vez fue JDC, antes que lo expulsaran por derramarle un plato de tallarines al ex alcalde Guerrero, a causa de una promesa incomplida del viejo. Fredy Gu, que tiene dos hermanos que trabajan en lo mismo, colecciona celulares y montañas de vértigo y clamor para vivir sin perder la sonrisa del rostro y descansar en esos verdes prados que el Señor nos promete (Salmos 23: 2). Llegamos a la obscena hora de las 4 de la tarde con el sol calcinando y nos bajamos cerca de la botillería JR, que debe ser la mejor de cuantas en Chile existen, y doblamos una cuadra hasta llegar a una población de piso de tierra, a una esquina llena de sujetos más bien mal parecidos, pero de zapatillas caras y fonos con visor, y cuyas existencias no parecían demasiado auspiciosas, pero que tenían esa fortaleza y ese poder sin aspavientos y bastante liberado, tan propio del arrabalero antiguo, indestructible en su territorio y por ende en todo el orbe y en todos los tiempos.

Saludamos al Sacerdote, el Chelo, quien nos invitó a rezar en la calle y luego nos dijo que en media hora nos juntaríamos en su parroquia. Caminamos al menos media hora (36°C. a la sombra) y llegamos a un sitio con árboles , cuyo poyo estaba rodeado de mujeres y sombras y niños pequeños, y una de ellas se veía muy agria y alegaba a pesar de nuestra presencia perfectamente concordada.
El sacerdote llegó algo retrasado y nos llamó a su cabaña personal, que tenía una bella parroquia, donde destacaban el altar con una escultura de la insignia del Colo-Colo, la escultura con la clásica imagen de Jesús el Cristo en la puerta que daba a la cocina y el póster de los dos caminos en una de las paredes. Había artesanía y algunas frases que bendecían el hogar. Luego de darle las ostias a Fredy, el sacerdote le pasó una botella de ron Pampero. Caminamos de vuelta, a punta de helados, hasta llegar a un local empotrado en el barrio Orompello, donde vendían unos completos impresionantes; luego fuimos al Súper y ya no habrá escasez porque el Señor provee en estas fiestas.
DOMINGO 23 DE DICIEMBRE
Se llama Diana, atiende el kiosko y tiene 24 años. Nada más diré, porque nada más hay que decir.
LUNES 24 DE DICIEMBRE. cerca de las 21...
Queda poco para Nochebuena. Espero que no demasiada gente se quite la vida; es muy molesto para los servicios de urgencia y para Carabineros. Acabo de llegar del centro de Parición. Hacía muchísimo frío y estaba vacío, pues, como siempre, toda la gente ya había comprado sus regalos con antelación. Al tomar el colectivo, una evangélica muy fea decía que nunca se reunía con sus parientes, porque no podía tolerar que se bendijera una mesa donde había vino, lo cual le había traído problemas familiares, "pero a mí no me importa porque sólo a Dios hay que temerle y los otros que se jodan". Luego, tras recorrer unas diez cuadras y 5 librerías, pude anillar un documento, y esta vez otra evangélica, muy bella y que tiene un bazar en frente de la neurosis biblioteca de Parición, sólo me dispensó sonrisas de alégría. De todo hay en la viña de Roberto Bolaño (chiste repetido, pero qué diablos). Ojalá disfruten su plato de avena con agua y su ensalada de zanahoria sin aceite.