sábado, septiembre 20, 2008

Editor Marcelo Montecinos: "EL LIBRO SERÁ NUESTRO HUESO SAGRADO"


Marcelo Montecinos Martínez (Santiago, 1967), creador del sello independiente "La Calabaza del Diablo", es uno de los editores más respetados del medio nacional. No cree en la industria del libro como proyecto lucrativo ("con estudios de mercado y encuestas") o multinacional, y prefiere la literatura que problematiza y asume los temas conflictivos a aquella cuyos temas son más bien artificiales y faranduleros. Dirige la imprenta familiar "Caligrafía Azul" y tiene estudios inconclusos de Filosofía (1987-1992) en Valparaíso y de Literatura (1994-1998) en Santiago. Se las ha arreglado para publicar, desde el 97 hasta la fecha, cerca de 40 títulos, y sacar durante un tiempo una recordaba revista de literatura y arte. Nombres reconocidos en el medio, como los poetas Andrés Andwanter y José Ángel Cuevas, o los narradores Marcelo Mellado y Gonzalo León, así como muchos otros autores emergentes (Pablo Paredes, Gladys González, etc), han escogido, para posicionar su obra, la impronta y solidez conceptual de esta editorial. Luego de su trote matinal, y pocos días antes del desenfreno patrio, conversamos en su calabaza de calle Santa Helena, lugar donde Montecinos vive y trabaja.

¿Cómo empezó tu afición por la literatura?
Yo fui criado en un ambiente donde la biblioteca era la riqueza esencial de la familia que estaban formando mis padres en los 60's. El libro era el material de trabajo y de comprensión del mundo de mis padres, y yo y mis dos hermanos no fuimos ajenos a esa realidad. Mucha lectura. En la adolescencia viene la afición propiamente literaria, con los cursos humanistas en la media y los estudios de Filosofía y Literatura (en ambas carreras llegué hasta cuarto año), que desembocaron en la decisión final de hacerme cargo de la imprenta familiar.

Háblame de tus lecturas iniciáticas y recurrentes
Entre los 13 y los 17 me golpearon libros y autores como Isaac Deutscher, autor de la biografía de Trotsky "Un profeta desarmado". Un poco después, "El Túnel" de Sábato, algunos libros de Flaubert, Manuel Rojas y Baldomero Lillo. "Eloy", de Carlos Droguett, me pareció en su momento una escritura muy moderna. En poesía, que es lo que escribo desde los 15 años, me interesan mucho César Vallejo, García Lorca. En general siento mucho respeto por hombres como Pablo de Rokha, Neruda, Enrique Lihn. Entre los extranjeros, me interesan nombres como W. Faulkner, James Joyce. Bueno, nombrar más sería una exageración.

¿Cuando y en qué circunstancias empezaste con el proyecto editorial de Calabaza…? ¿Fue una cuestión espontánea o una idea largo tiempo madurada?
En los 80's mis padres pusieron todos sus esfuerzos en el tema del taller-imprenta, como única forma de supervivencia. De ahí la conexión o idea de formar una editorial era algo obvio en mi, que se postergó por lo de mis años universitarios, en los cuáles por múltiples razones -porque el estudio se me daba fácil, porque me fastidiaban los profesores o porque estaba más pendiente de luchar contra la dictadura- no me saqué más partido; a veces pienso que perdí un tiempo valioso que pude haber ocupado en viajar. En 1997 yo estaba en los últimos años de Literatura, y entendí que no podía evadir lo de la imprenta porque no estaba dispuesto a ser profesor. Pero no me bastaba con imprimir libros y revistas, boletas y volantes a perfectos desconocidos. Decidí por ello formar una editorial. Imaginaba que sería como tener una banda de rock, algo propio, un sello que con el tiempo me haría confluir a distintas personalidades. Lo primero que edité fueron tres poetas de Valparaíso.

Entiendo que tu formación política, ¿alguna vez militante?, viene de la izquierda clásica. ¿Cuáles de aquellas directrices influyeron en tu cosmovisión social de la literatura o literaria de la sociedad?
En verdad soy hijo de militantes. Mi padre, una persona muy activa en el periodismo y en la política, fue ferozmente expulsado del Partido Comunista en el 68, porque estando de turno en "El Siglo" tituló "Tanques rusos en Praga", cuando los rusos aplastaron la sublevación checoslovaca que planteaba un socialismo de rostro más humano, episodio que provocó el repudio casi ecuménico de los intelectuales europeos. Después, como independiente, trabajó para la Unidad Popular y sólo el 77 dejó la política activa. Por mi parte, a pesar de ser un activo militante antidictadura, nunca pertenecí a un partido clásico. Siempre me uní a grupos -digámoslo así- más disfucionales, lo que no implicó falta de compromiso. El pensamiento y la praxis de izquierda, me hacen entender a la literatura como un instrumento reflexivo acerca de la sociedad amalditada que se vive en el Chile de hoy: un país violento, individualista, donde la gente está esclavizada por la tarjeta de crédito y la religión del dinero, ya por desesperación o arribismo. Creo que la enseñanza esencial del izquierdismo, que aún conservo, nos permite entender que la única posibilidad para un pensamiento político de izquierdas, progresista y moderno, permanece en el arte. Desde el arte se puede influir más decisivamente que pretendiendo instalarse en el poder de los ignorantes de derecha.

¿Qué temas te interesan para la editorial y qué proyectas para ella?
Yo publico poesía y narrativa, pero rechazo aquellos textos que desde mi óptica no estén terminados. No me puede interesar el libro o el autor editado en serie, donde el conflicto es sólo aparente, porque la sociedad en que vivimos está sumida en una crisis muy grave y ese sólo hecho no permite perder el tiempo. Prefiero la literatura que pregunte por el error y que no tenga problemas en mostrar sus propias dudas y falencias. Sobre las proyecciones, desearía tener más claridad de los títulos que van a salir durante el año y una mejor distribución, no tanto en librerías o en el mall, como anhelaba antes, porque ya sé lo que el mercado chileno da respecto de mí, pero me he dado cuenta que viene mucha gente a comprarme libros a la imprenta, y lo que quiero desarrollar es una librería virtual que pueda vender a todas partes. Los libros en las estanterías salen publicados y mueren, hay pocas librerías buenas donde el dueño sepa lo que vende, lo demás son negocios de libros, buenos tal vez, pero que no trascienden; el escritor vende poco, más bien en su red.

¿Crees que el libro como formato papel esté destinado a desaparecer?
Yo creo que el libro no va a desaparecer jamás, pero tampoco va a volver a florecer, incluso por una razón ecológica: el libro está destinado a subir de precio, a convertirse en objeto de culto. Los que lean libros (sobre todo los recién editados) serán personas diferentes al común (aunque siempre ha sido más o menos así, primero por una cuestión de alfabetización no masiva y después por la influencia de la televisión, que provocó el cambio de un paradigma audioescrito a uno audiovisual), y ya no necesitarás al libro para saber más, ni siquiera para adquirir eso que los tecnócratas podrían llamar "destreza operacional", sino más bien para volver a los lugares sagrados, a esa intimidad de gato ronroneando únicamente para ti. La gente o más bien los lectores van a leer mucho en internet y a través de los juguetitos tecnológicos de la informática, pero van a comprar libros y los van a tener en su casa como su hueso sagrado. Por último, para que desaparezca el libro tendrían que desaparecer los escritores, y el escritor no desaparece.

Hay a lo menos tres autores matrimoniados con Calabaza que están fijando ciertas pautas en la escena literaria nacional. Me refiero a quien seguramente será el próximo premio Pablo Neruda (para poetas menores de 40), a uno de los periodistas mejor informados del medio y a un poeta (o "ex poeta") que desde su activo desencanto social ha sonado ya dos veces como Premio Nacional de Literatura.
Creo que la coincidencia entre esos autores y el sello Calabaza demuestra que nunca estaremos tan solos. Demuestra que este tipo de prácticas pueden ser más difíciles, sin éxito aparente, pero totalmente reales. Al punto que hoy existe esa coincidencia con más autores de los que se perfilan en la pregunta.

¿Cuales son los próximos títulos de la editorial?
El libro de cuentos "Perdidos en el espacio", de Carlos Tromben y la novela "Jueves", de Luis Valenzuela. También daré cabida a una antología de poetas argentinos titulada "Post Menem", que es muy interesante.