Hace 3 o 4 días la ROJA DE TODOS, tras perder ante Argentina con dos tiros libres de Riquelme, no era nada, y ayer hizo con Perú lo q siempre ha hecho: hacerse respetar. Ambos encuentros los vi en casa de Miguel Garcés (compañero comunista y vendedor ambulante), en Parición, hacia "el otro lado", junto a Mario Galaz, el maestro Víctor, Henry Hidalgo, el microtraficante Marcelo Chea, Cabeza de Cordero Hernán (q llegó al final), Manuel Castro y el Choro Nicke, que es panadicto (adicto al vino, al tabaco, al cigarro de visiones, a la carne), oriundo de Los y gana como palo y medio al mes vendiendo chucherías en el centro; después hicimos una asado de hilos de plateada con ensalada de lechuga con yuyos. De lo que se vio en ese partido se puede esperar mucho, pq tipos como González o Fernández o Suazo o Vidal o Waldo Ponce, no los encuentras siempre. Y ahora están. Ahora son. Ahora somos. El fútbol es como un absurdo día de campo, botado junto a un río tomando cerveza y comiendo trozos de res con la mano, no se saca nada en claro pero se disfruta. El fútbol es el martirio de la derrota merecida, la incomprensión de los otros ante el infortunio y también el triunfo, escaso pero real. Es el poder beatífico y milagroso de la revancha y la condena (la liberación) del olvido, y acaso en eso se parece a la literatura. Ahora está prostituido: bueno, se sigue pareciendo.
Hablando con Ulises San Martín, Gregorio Suárez, Camilo Herralde y Marcelo Montecinos, mi editor, puedo dar fe que el 24 de este mes podré lanzar mi libro. Lo de lanzar es un término simbólico, pq el libro lo he lanzado 4 o 5 veces y lo he difundido de la mejor forma posible: de manera personal. Creo q es un gran libro. Salud. A finales de este año sale el otro.